El 27 de septiembre de 1888, una carta de Jack el Destripador llegó a manos de la policía anunciando sus macabras intenciones. La policía, en un intento de buscar a alguien que pudiera reconocer la letra, únicamente consiguió desatar un terror colectivo.
A partir de entonces, cinco prostitutas, Mary Ann Nicholls, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catharine Eddowes y Mary Jane Kelly, serían las víctimas del asesino en serie más conocido de toda la historia. Durante cien años, policía, detectives, investigadores y aficionados, se han obsesionado e investigado, tratando de crear un perfil psicólogico con el fin de descubrir el nombre del asesino, pero hasta la fecha sólo se han podido identificiar algunos posibles sospechosos.